domingo, 21 de marzo de 2010

REFLEXIÓN: EL DILEMA DE ALBERTO

En este dilema entra la solidaridad, si bien, una cosa es ser solidario cuando no altera a tu persona y otro tipo de solidaridad aquella que establece el bien ajeno por encima del propio
Cuando se dice que la libertad de uno existe hasta no alterar la de los demás, sucede que ante este tipo de casos se duda de esta definición y se pasa a una valoración que involucra la moral y la ética del sujeto.

Iniciando a definir mi postura ante esa problemática, la gente que circuña se queda en segundo plano lo primero que hay que aclarar es que hace uno, definir cómo tiene que actuar uno y posteriormente cómo quisieramos que actuaran los demás. El dilema es colaborar con el accidentado hasta donde se requiera, para que lo más pornto posible pueda ir a realizar el examen; la llegar a la escuela sería impresindible hacerselo saber al aplicante del examen, aunque de ante mano se sepa que sería dificil de creer, pero cuando se habla con la verdad es innegable y el profesor debe de comprenderla; no obstante, hay seres irracionales que no comprenderían tal caso pero lo bueno es que casi siempre hay arriba de este uno que su labor depende de hacer lo mejor para todos.

Durante la emergencia como primer punto sería no perder el tiempo intentando que la gente reaccione y que intente colaborar, las personas para formar parte de algo debe arrancar esto de lo que experimenten y pues si un joven acidentado no provoca en ellos una reacción de colaborar, queda la opcion de que mientras se está ayudando al accidentado, convocar a ayudar a los transeuntes y finalizar lo mas pronto posible, dicho fin llegaría hasta que la persona que pedía auxilio se sienta confortada y apoyada por otros, en lo preferente por alguien que tenga más habilidades que las propias en l resolución de ese tipo de problemas.

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